Bomberos orwellianos con sabor a Hitchcock, mujeres únicas, sofisticadas, astutas y hermosas, soldados romanos de ópera rock al ritmo del cabaret de Herodes, mosqueteros engalanados con espadas a los pies de la dama de diamantes, justicieros volantes sí identificados, enamorada isleña en baile de carnaval, fierecilla indomable con el San Martín de la desconfianza en plena peste, tras la letanía apasionada del Shelley Serpiente, el rescate del Shakespeare más urbano y truhán... Yvonne Blake ha construido la mayoría de los héroes, heroínas, mitos y anhelos de mi infancia, adolescencia y juventud. Sin saberlo ni quererlo, el denominador común de los personajes de esas películas que iban marcando mi ciclo vital eran las vestidas y presentadas en sociedad cinematográfica por esta alquimista de telas e hilos mágicos. A ella le debo la mayor parte de la construcción icónica de mis sueños, a la vez que la belleza de mi memoria con el cine. Diseñadora de patrones y recuerdos, sin su huella el cine hubiera sido terriblemente frío y aburrido. Gracias a Yvonne el séptimo arte trasciende, consigue y conjuga algo que sólo los genios han podido hacer: acercarnos al goce de la sabiduría y la modernidad, desde el primer boceto al último botón, de la primera hebra al último suspiro de Ariadna. Texto © Carlos Gurpegui
VIERNES 20 de Marzo a las 19 h. Yvonne Blake, Premio al Talento Cine y Mujer 2015
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